Muchos de nosotros nos hemos acostumbrado ya a bañar a nuestro perro en casa. Otros muchos lo lleváis a un local especializado, peluquería o veterinaria.
Si lo haces desde casa o quieres probar a hacerlo te vamos a dar unas pautas para que tu perro quede limpio y sobre todo para que no lo pase mal en el proceso de lavado.
Trucos, consejos y pasos para bañar a nuestro perro en casa
La higiene de tu perro es de vital importancia y no solemos prestar la atención que merece. Muchos dueños bañan a sus perros, pero no lo hacen con la frecuencia adecuada, o con los productos requeridos.
Además, debes saber que aunque los perros tratan de lavarse por sí mismos, no es suficiente en la gran mayoría de casos y por tanto es recomendable bañar a nuestro perro en casa de vez en cuando.
Te contamos todo lo que debes saber para que el baño perruno sea agradable y divertido, así como consejos para un resultado perfecto.
Todo lo que debes saber antes de bañar a tu perro
Lavar a tu perro puede parecer fácil, pero nada de eso. Hacerlo correctamente es realmente complicado, dejarlo limpio de verdad sin hacerle daño es lo principal.
Tengo un cachorro, ¿puedo bañarlo?
Ya sabéis que los perritos jóvenes siempre tienen un tratamiento diferente a los adultos. Os contamos hace poco nuestros consejos para la correcta alimentación de los cachorros.
¿Qué pasa con los perritos? ¿También debemos lavarlos? Pues sí, puedes y debes bañarlo. Lo único que debes tener en cuenta es que debe haber cumplido, como mínimo, cinco semanas de edad.
Si tu perrito cumple el requisito de la edad, es importante empezar a bañarlo. Deberás tener el máximo cuidado al hacerlo las primeras veces. Tu cachorro empezará a familiarizarse con este ritual y es muy importante que su primera experiencia sea positiva para que tolere el baño sin problemas el resto de su vida.
En el caso de que tu cachorro no haya llegado todavía a las cinco semanas de vida, no te recomendamos bañar a tu perro en casa bajo ningún concepto. Su sistema inmune aun no tiene la fuerza necesaria para resistir los cambios de temperatura bruscos, ni para aguantar situaciones donde la humedad se adhiere a su cuerpo.
Es mejor siempre prevenir que curar y en perros de tan poca edad, los sustos pueden ser fatales si no actuamos con inteligencia.
El lugar del baño: bañera, ducha o jardín
Por norma general el baño de tu perro se debe hacer en la bañera más grande de la que dispongas en tu casa, eso facilita mucho el trabajo (en comparación con una ducha, por ejemplo). Tu perro debe poder moverse con facilidad y no sentirse agobiado por la falta de espacio.
En el caso de que no tengas bañera y únicamente tengas ducha, tendrás que evaluar si tu mejor amigo está cómodo y si tu tienes un acceso suficiente para darle un buen lavado. Si ves que no tienes espacio suficiente, es mejor prescindir de bañar a tu perro en casa. En este caso sería mejor llevarlo a un local especializado.
Si tu casa cuenta con un jardín, puedes decantarte por lavarlo en el exterior, será mucho más fácil y limpio.
Yo te recomendaría que, en caso de escoger esta ubicación, siempre optes por días soleados y de al menos 20 o incluso 25 grados de temperatura. Del mismo modo, la temperatura del agua no debe ser muy fría, especialmente en perros sensibles a las temperaturas bajas.
No te pongas a lavar al perro con la manguera en un día de invierno. No lo harías contigo mismo ¿verdad?
Poniendo todo en perspectiva, mi recomendación es que si tu bañera es suficientemente grande, siempre optes por hacerlo allí. La excepción podría ser en verano si a tu perro le gusta el baño en el exterior, pero el grueso de su higiene a lo largo del año debe producirse en interiores. Agua templada y sin frío.
¿Cada cuánto tiempo debo bañar a mi perro?
No hay una respuesta única a esta pregunta, pero podemos hacer una división muy lógica entre dos tipos de situaciones: perros que salen con frecuencia al exterior y perros que viven casi siempre en interior.
Si tu perro es muy activo en exteriores, le encanta jugar con la tierra, rebozarse por el césped e incluso correr por el barro, la frecuencia de los baños debe ser alta, de una vez cada diez o quince días.
Puede que tengas la tentación de bañar a tu perro en casa cada pocos días, pero es algo contraproducente y que puede causar problemas graves en la piel de tu mejor amigo. Un exceso de lavados puede causar que los tratamientos antiparasitarios que uses con tu perro disminuyan su efecto, así como un deterioro de su pH.
En el caso de que tu perro sea poco activo cuando sale fuera de casa o se limite a los típicos paseos diarios, suele ser suficiente con un baño mensual.
Depende también del tipo de pelo que tenga tu perro, pero en ningún caso te recomendamos exceder dos baños al mes. Lo ideal es una única ocasión mensual. Más no es mejor.
Pasos para bañar correctamente a tu mejor amigo
Ahora que ya te he contado con que frecuencia debes bañarlo, el sitio dónde debes hacerlo y la edad mínima para que sea apto, es el momento de aprender a bañar a tu perro en casa.
Son muchos los consejos que te vamos a dar, pero si los sigues con ganas acabarán convirtiéndose en un rato divertido y placentero con tu mejor amigo. Tómalo en serio, si no haces las cosas correctamente la situación puede ser frustrante para ambos.
Antes del baño, imprescindible un cepillado profundo
Posiblemente lo que menos hacemos cuando llega el momento de bañar al perro es el cepillado previo. Es lo más importante para que el lavado sea exitoso. Este es el consejo principal.
Con un cepillado a fondo lograremos eliminar todo el pelo muerto, así como las células muertas de la dermis, facilitando la tarea de lavado.
Lo habitual es que tu perro ya esté acostumbrado a los cepillados, pero si no lo está tendrás que empezar a acostumbrarlo antes del lavado.
Un buen consejo es que lo cepilles siempre en el mismo lugar, para que esté lo más tranquilo posible.
En el caso de que sea su primer cepillado, recuerda que debes escoger un cepillo que vaya acorde a su pelaje (corto, medio, largo o rizado). También es muy importante utilizar un cepillo que funcione y elimine la mayor cantidad de pelo posible sin hacer daño.
El cepillo más famoso es el Fürminator (deShedding). Este cepillo entra hasta la capa inferior del pelo suelto sin llevarse la parte superior de pelo ni cortarla. Aunque no se recomienda para Spaniel o perros de agua.
Última actualización el 2024-10-18 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
Otra opción, la que yo he acabado usando en casa, es este de Yes!pH. Algo más económico y, para mi gusto, funciona mejor.
Al comienzo del baño: tranquilidad y relajación
Para que tu perrito tolere bien el baño desde el principio, el ambiente ha de ser tranquilo. Recomendable que no haya ruidos, ya que eso lo pondrá alerta y nervioso.
Recuerda que a los perros, por norma general, no les gusta la idea del baño.
Comenzando el proceso: debes introducir a tu perro en la bañera o el lugar donde planees lavarlo, y aquí tienes dos opciones: dejarlo suelto o atarlo.
Personalmente te recomiendo dejarlo suelto, pero va a depender de como sea tu perro. Si es inquieto, nervioso o de gran tamaño puedes atarlo. Te quedarás más tranquilo.
A partir de aquí, y siempre con la bañera vacía, ve mojando a tu perro con agua tibia (recuerda, nunca caliente o fría). A la vez preséntale alguno de sus juguetes favoritos y ponlo por la bañera. Lo hará sentirse más cómodo.
Con esto primeros pasos conseguiremos que se vaya acostumbrando al agua de forma gradual y que lo asocie a situaciones agradables para él.
No olvides que el tapón de la bañera debe estar quitado en todo momento. No te recomendamos que se acumule el agua ya que la suciedad podría quedar retenida en la piel de tu perrito, y es precisamente lo que queremos evitar.
Lavar y aclarar, las claves para hacerlo bien
Una vez que hayas mojado a tu perro de forma suave y cuidadosa, puedes dar comienzo al proceso de lavado.
Aquí mi recomendación es que seas muy suave con tu perro, especialmente en la fase inicial, para que poco a poco se vaya acostumbrando. Especialmente suave… ¡Extra suave!
Debes realizar el proceso con un champú formulado especialmente para perros.
No seas «cafre», los productos para humanos no son adecuados para la piel y el pelo del perro.
Aquí te dejo los que sí son aptos más populares:
- ALOE VERA 100% NATURAL: Champú de máxima calidad para perros con aloe vera indicado para pieles con irritaciones, picaduras de insectos, erupciones y eczemas.
- REPELENTE NATURAL: Champú antipulgas e insectos para perros con citronela, repelente natural muy efectivo que proviene de la planta de citronela conocida por su acción repelente.
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Aplícalo por todo el pelo de tu perrete de forma abundante y masajea de forma enérgica para ir liberando la suciedad. No olvides que lo vas a lavar normalmente una vez al mes, es importante que quede muy limpio.
Cuando hayas completado el lavado pasamos al aclarado. Mi consejo es que hagas al menos dos pasadas completas a la hora de aclararlo.
Si únicamente lo aclaras una vez puedes dejar residuos de jabón que son peligrosos si se lamen. El mejor método es que, tras el segundo aclarado, te fijes exhaustivamente en el color del agua al caer por el pelo, ya que si no es transparente al completo, debes repetir el proceso de nuevo.
Consejos para lograr un secado perfecto
Finalizado el proceso de lavado, es hora de ponernos con el secado. No pienses «ya se secará solo», dejarlo mojado le puede provocar problemas, sobre todo si es de pequeño tamaño o de temprana edad.
Debemos quitarle la mayor parte posible de la humedad con una toalla. Frota su piel de forma suave al principio y poco a poco de forma más enérgica hasta que veas que la toalla ya no está retirando la humedad superficial que quede.
Tres opciones para secar a tu perro
- Secado al aire libre: si estás en verano o bien si la temperatura es superior a 25ºC, puedes plantearte darle un paseo en el exterior. En caso de escoger esta vía, opta por un paseo enérgico, tirándole lejos sus juguetes favoritos o dando una carrera con tu mejor amigo. ¡Es el momento de que se mueva y se divierta!
- Secado con toallas: te tocará hacer uso de la paciencia, pero es la mejor opción en casa. Esta opción te la recomiendo especialmente en invierno porque no provocas cambios de temperatura drásticos sobre el animal. Puedes elegir toallas de microfibra específicas para animales que tienen un extra de absorción como las que te encuentras en Amazon u otras específicas de las que encuentras en tiendas online especializadas en animales disponibles en varios tamaños.
- Secado con secador: sin duda la opción más rápida, pero también la que menos le gustará a tu perro. Cualquier secador va a hacer un ruido que le disgustará y provocará algo de estrés, especialmente si no está acostumbrado a los ruidos. Es genial si tienes poco tiempo y sobre todo si tu perro lo tolera, pero no te lo recomiendo si ves que tiene miedo del ruido. Igualmente hay secadores específicos para mascotas que hacen menos ruido que los que usamos los humanos.
El toque final para la higiene de tu perro: oídos, ojos y boca.
Ya habías acabado de limpiarlo ¿no? Si quieres un resultado «digno del amor que le profesas» hay que ir un paso más allá.
Esto significa darle un buen repaso a sus zonas más delicadas y expuestas a agentes infecciosos: los ojos, los oídos y la boca.
Oídos
Las orejas del perro son clave para su bienestar. Es imprescindible que su limpieza sea regular, incluso más frecuente que los baños. No hay problema por realizar una limpieza de oídos todas las semanas, es lo recomendable.
Debes evitar utilizar el champú de lavado para sus orejas. Lo que aconsejan usar los veterinarios es un limpiador ótico tipo Ocucan Rex o similar, pero que sea exclusivo para los oídos.
Este líquido facilita la limpieza, deshace el cerumen y es inocuo. La piel del interior de las orejas se irrita con facilidad.
Ojos
Aunque los ojos de los perros no tengan una función tan importante como las de las personas (no olvides que el sentido principal que usan los perros es el del olfato), no debemos descuidar su correcto mantenimiento y limpieza.
Con una limpieza de ojos evitas problemas en la visión, lagrimeo excesivo o enrojecimiento.
Para limpiar los ojos, de nuevo, olvídate del champú usado en el lavado. Si tu perro suele tener legañas o mucosidad en los ojos lo mejor será un limpiador específico, nos recomienda el vete otra vez el de la marca Ocucan, también inocuo al 100% con estas zonas tan sensibles.
Boca y dientes
El complemento perfecto a la limpieza integral de tu perro es acabar la tarea con un repaso profundo a su boca y, especialmente, a sus dientes.
El sarro es un problema muy real en la vida de muchísimos perros, más que en las personas. El sarro lo predispone a enfermedades dentales. Un perro sin dientes es un gran problema para alimentar, te lo aseguro.
Para dejar perfecta la boca de tu perro te recomendamos realizar tres pasos:
- Limpia sus dientes (con cepillo y pasta específicos para perros).
- Usa un enjuague bucal perruno. Se lo añades al agua y el bicarbonato limpia mientras bebe. La clave es que no huele a nada, por eso se lo tomarán hasta los perros con mejor olfato.
- Déjale durante un rato un juguete limpiador bucal. No sustituye al cepillado y al enjuague, sino que lo complementa y te ayudará a reducir aun más la suciedad en la boca de tu perro.
Si tu perro pasa a tope de que le cepilles los dientes o del enjuague… pues dale la pelota limpiadora y que se entretenga.
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¿Qué hago si no soy capaz de bañar a mi perro?
No todo el mundo posee la misma habilidad para tratar con perros en situaciones de potencial estrés para ellos. Tampoco todos los perros hacen que esta tarea sea fácil.
Acude a un profesional
Esta alternativa será más cara que hacerlo en casa con tus manos, pero también más sencilla. No olvides que tu perro te adora, siempre preferirá que lo hagas tú mismo.
Boxes de alquiler
Si tu problema es solo de espacio también hay una solución para ti. Existen locales adaptados con boxes especiales donde te proveerán de todo lo necesario para bañar a tu perro, pero serás tú el responsable de hacerlo.
Busca en Google «boxes lavado perros nombre_de_tu_ciudad». Ya existen en muchas ciudades.
Es la opción intermedia, te ahorra las molestias de realizarlo en casa, te provee del material necesario y… ya lo sabes:
Tu perro quiere que no lo laves, pero si hay que lavarse… ¡prefiere que lo hagas tú! Así que encuentra tu momento para esta rutina y aprended a disfrutarlo. Los dos.
¿Tienes dudas? Pregúntanos lo que quieras en los comentarios.